
viernes, octubre 12, 2007
martes, abril 24, 2007
El pasado 21 de abril, un sismo de grandes magnitudes y de origen magmático, afectó a la Región de Aysén. Luego de ocurrido el movimiento telúrico, olas de aproximadamente seis metros rompieron en el Fiordo de Aysén, generando un tsunami nunca antes vivido en la zona.A causa del terremoto y posterior tsunami, murieron tres personas y otras siete aún siguen desaparecidas. El ejercito, a pesar de las condiciones adversas que existen en el lugar, reanudan diariamente la búsqueda de quienes no lograron escapar a la impetuosa manifestación de la naturaleza.
Ciertos sectores del fiordo y algunos otros cercanos a los acantilados, son los lugares donde el tsunami se hizo sentir con mayor fuerza, dejando una gran estela de destrucción a su paso. Los pobladores de las zonas en riesgo no quisieron evacuar sus hogares al comenzar la seguidilla de temblores, una mala decisión quizás.
La polémica de este caso viene de la mano de el alcalde de Aysén, quien hace tres meses le están solicitando a la Presidenta que visite la zona para examinarla, tras la gran cantidad de temblores ocurridos. El edil no le perdonó este desaire a la Mandataria y la mandó “a la punta del cerro” al viajar a la Undécima Región, solo después de la catástrofe.
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Cerca de dos semanas que está activo el skatepark del Parque de los Reyes y pasa atiborrado. Como juguete nuevo no deja de ser usado por cerca de 300 adictos a la patineta, que aunque diariamente se saquen la cresta, disfrutan a concho de este coloso de 550 millones de pesos.Ya se había convertido en una necesidad tener uno en la capital. Los viejos amargados estaban cansados de andar correteando a los chiquillos y estos de andar escapando. Los guardias de los súper también tenían fuertes encontrones cuando patinaban en los estacionamientos, por esta y otras miles de razones, el alcalde de Santiago Raúl Alcaino, se “apiadó” de estos deportistas de las calles. Parece que había muchos reclamos en la “muni”…
Lo mejor de este skatepark, en comparación con los que habían, es que este está cerca, bien hecho y para más no se paga. Por esta razón está disponible para todo el grueso de los skater y no sólo para los más cuicos. Ahora vienen a patinar de todas las comunas, total entre skater no hay distinción, son todos como hermanos.
Un aviso para los machos. Las féminas también se tomaron la pista. Es cierto que es un deporte machista, pero no podía faltar la “mina” aguerrida que se enfrenta sin miedo a las rampas. Esto le da un plus enorme, se patina bien y se disfruta de la belleza de las mujeres. ¡Que mejor!
Para los que no saben donde queda esta “maravilla urbana” está ubicado en el Parque de los Reyes (obvio), entre las calles Cumming y Presidente Balmaceda por detrás de la Estación Mapocho, a unos 5 minutos patinando.
Ah… un dato: ¡prohibido los bikers!
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sábado, junio 03, 2006
Creo que realmente la cague con ir a meterme al centro (de Santiago). A eso de las 4 de la tarde quedé desocupado, y no se me ocurrió nada mejor que ir a comprar unos chiches que necesitaba al Paseo Ahumada. No se en que volá me fui, pero se me olvidó por completo que estaba quedando la grande con los estudiantes, pese a que en la tele pasan a cada rato los inoportunos “extras”, que cortan en lo mejor la programación, además de ver todo el día la plaga de carteles rayados con lápiz pasta y pancartas hechas en ese papel café de envolver, con que los estudiantes de educación superior tapizan el Barrio Universitario en apoyo a los pingüinos.
Ya estando arriba del metro, y mientras sacaba los audífonos de la mochila, me puse a sumar cuanto debía en las casas comerciales. En ese instante, los números se me fueron a la chuña, porque en las cercanías de la estación Moneda, me empezó una tos media carraspeada. Yo aun sin pegarme el alcachofazo de lo que pasaba, pensé y dije: ¡pucha que lata, me voy a resfriar! Anotación mental: comprar aspirinas.
Ya cuando la maquinista anunció por los parlantes, que nos aproximábamos a la estación Universidad de Chile, me cayó la teja de una, ¡uhhh las protestas!
Al bajar y después de lanzar unos pequeños exabruptos al gas, dije ya estoy acá y no me puedo devolver, así que apechugue y camine nomá. Ya en los pasillos de la estación iba con los ojos llorosos y la garganta apretada. Fue una sensación súper rara, parecía que me hubiera tragado un puñado de hormigas envueltas en un chicle gigante, y ya me estaba desesperando con el ahogo. Lo único que atine hacer fue comprarme una bebida en un local de la estación. Tenía muchas ganas de tomar una Coca Cola, pero tuve una idea brillante y me dije: voy a comprar una Limón Soda, porque tiene limón y con eso contrarresto el efecto del gas lacrimógeno. Jajajaja, que estupidez!. Después cuando me la estaba tomando y no me pasaba nada, me di cuenta que de limón tenia el puro olor nomá.
Mientras subía por la escalera mecánica que da al Paseo Ahumada, me puse a pensar, y me dije: he subido mil veces esta escalera… pero esta vez no era como siempre. Ahora tenia un significado diferente, porque pronto seria participe de una mini guerra civil, entre estudiantes y Carabineros.
Ya estando arriba, di un vistazo antes de empezar a caminar y algo me pareció raro. Había mucha gente paseando como si nada hubiese pasado, es más, hasta estaban los típicos vendedores ambulantes, comercializando sus cosas a plena vista y paciencia de los policías. Algunos de ellos eran tan patudos que estaban con mascarillas antigas, y aun así gritaban y ofrecían los libros y discos pirateados.
Después de esa observación y sintiéndome un poco más aliviado de mi ahogo, me dirigí a lo que vine. Me fui vitrineando y bebiendo mi Limón Soda, cuando de repente veo que viene una turba de chiquillas escolares, y yo me dije: bueno me voy a hacer a un lado para que pasen, y me corrí… pero ellas hicieron lo mismo. Caspitas!!! Se me vino a la cabeza lo galán que soy (ya oye!), y además recordé que me había echado “Axe Click”… pensé en ese instante: Oh mi God!!! El efecto Axe si funciona!
Después del manso rollo que me había pasado, me di cuenta que no me querían por mi atractivo físico, sino por las monedas que traía en mi bolsillo. Una de ellas se me acercó, estiró su brazo y me dijo: “oye loco, rájate con una monea, pa’ paliar la olla”, mientras agitaba un tarrito de nescafe. Ohhh la mina flaite! me dije, y le pasé rápidamente una moneda de $50, para intentar ocultar la risa.
Pasada esa ocurrencia, llegué donde me dirigía y compré los cordones negros que quería. Me puse a conversar un rato con el vendedor y en eso salió el tema del flaite que habían linchado los estudiantes, por estar colgando en la protesta. Cuando la cháchara se estaba poniendo entretenida, nos empezó a picar la garganta con los malditos gases que estaban tirando los pacos. Pensé que hago, y se me ocurrió una excelente idea. Ya que estaba en el Paseo Ahumada, no podía dejar de pasar a los Diana. Que mejor, para un videojuegomaniaco, dejar el s3 de la protesta y cambiar el toxico olor del gas, por el aire acondicionado y limpio de los Diana. Ni tonto!
jueves, mayo 18, 2006
¿Chulo o enchulado?Muchos de los jóvenes que tienen auto quieren “enchular” su cacharrito para subirle un poquito el perfil a su medio de transporte.
¿Pero que es enchular? Cualquier compatriota que no ha visto el programa gringo de la cadena MTV, “Enchúlame la Máquina” pensaría en un concepto más pasadito de tono, digno de las películas que pasa el I-Sat en la noche (me han contado).
Pero enchular, no es más que arreglar, adornar o emperifollar algo, por lo tanto cuando se dice enchular la máquina, es simplemente darle una “manito de gato” a la imagen del vehiculo.
Pero para tener el auto actualizado, hay que tener plata. Enchular el “toco” no significa cambiarle el pinito desodorante todos los meses ni hacerle cambio de balatas. Hay que agregarle accesorios de audio y video, llantas, techo eléctrico, pintura, y tantas otras cosas, que dejan a un auto común y corriente, en un bólido digno de la película “Rápido y Furioso”.
Pero hay gente que cree que sus pobres autitos son carros alegóricos, y se les va la mano con los adornos. Neones, autoadhesivos, luces en los capós, tubos de escapes ruidosos, son anexos que caen en lo rasca. Ni hablar de los accesorios que llevan por dentro, como el mítico perrito que mueve la cabeza o el tapiz de leopardo, cosas que a esta altura son inadmisibles en un vehiculo enchulado.
Pero lo que realmente la lleva, es ponerle al auto un cototo sistema de audio y video, para no pasar inadvertido en ningún lugar. Si se quiere tener un auto “cool”, mínimo tiene que tener un subwoofer para realzar los bajos, amplificador, una pantalla de cristal liquido para ver dvd (cosa que encuentro lo más inútil del mundo) y una cantidad de parlantes acorde con el bullicio que se quiere provocar.
Sin embargo, algunos conductores se van al chancho y creen que matan con el volumen de la radio a todo lo que da. Un ejemplo claro es el “flaite con auto” o “cuico flaite”. Este personaje urbano suele pasearse una y otra vez por el Barrio Universitario (u otro sector donde es usual el tránsito de mujeres) intentando llamar la atención. Cuando ve alguna chica aproximarse, de inmediato busca un reggaeton, en la carpeta de su “Sony Xplod” (de preferencia La Gasolina de Daddy Yankee), creyendo que con sus bajos va a matar. Pero lo que realmente logra es causar risas y quedar en ridículo. Otra forma de reconocer a estos personajes se puede apreciar en algún semáforo. Si el motor del auto está siendo sobreacelerado y suena mucho, es porque el flaite quiere competir, y si al salir quema forro, es porque el posible competidor no lo pescó.
Antes nuestros padres, con suerte tenían radio en el auto. Se quebraban escuchando a Víctor Manuel o Raphael en un pasacasete todo piñiñento. Actualmente, se ha transformado en una obligación tener por lo menos lector de cd. y unos parlantes decentes para no ser mirado en menos.
Ahora es posible ver en las calles, todo tipo de vehículos raros, transformados, pintados y arreglados a la pinta del dueño. Total “el auto es fiel reflejo de quien lo maneja”. Por mi parte, prefiero no ser juzgado y seguir viajando en metro.
martes, mayo 16, 2006
Miles de fanáticos en todo el mundo, estarán agolpados a sus televisores cuando comience este nuevo mundial de fútbol. Pero la pregunta es ¿porque al chileno le gusta verlo en televisores de grandes dimensiones?. La respuesta es simple: porque somos agrandados, nos gusta aparentar, ganarle al vecino en pulgadas y en sonido. ¿Además para que trabajar todo el día si al llegar a la casa no tenemos un televisor de plasma con dolby surround?
Preferimos encalillarnos por 4 años, que tener que ver el evento futbolero más importante del mundo en un televisor rasca de 14''. Total para conseguirse la plata hay que ir al banco y nada más, de ahí tenemos 48 meses para pagarlo. Pero no pensamos que cuando terminemos de costear el televisor, va a comenzar otro mundial, y a endeudarse denuevo. Obviamente los más contentos son los bancos y las multitiendas, que meten el diablo con sugerentes ofertas al compulsivo comprador chileno.
Mejor ni hablar de las personas que se gastan hasta lo que no tienen por ir a sentarse 90 minutos en un estadio atiborrado de gente que hincha por su país, en cambio al chileno lo único que le queda, es vestirse de celeste y hacerse pasar por argentino para no hacer el ridículo.
Pero que le vamos hacer, si somos así nos guste o no. El fútbol y las compras son nuestra pasión.
martes, octubre 11, 2005
Casi todos creen que los videojuegos son una perdida real de tiempo. Yo creo que los videojuegos han traído a los jóvenes y adultos contemporáneos un relajo frente a los problemas generados por el estrés actual.
Si hoy fuéramos al centro de entretenciones más cercano, de seguro veríamos pegados a muchos oficinistas, empleados y por que no a ejecutivos aniquilando marcianos o destruyendo a diestra y siniestra la cara de su enemigo virtual, tal como si se fuera la de su propio jefe. Eso es lo bueno, porque acá no existe empleado o empleador, aquí todos valen lo mismo.
Por los estrechos pasillos, los jugadores van haciendo migas los unos con otros, y de a poco van creando una especie de cofradía en torno a un juego, es decir, son los mismos que gastan sus fichas una y otra vez en la misma maquina. Pueden estar jugando largas horas y no se aburren. Olfatean a algún posible enemigo virtual que les haga collera a sus magníficos poderes o a sus armas de ultima generación, o esperan que se acerque alguien novato para aniquilarlo y por lo consiguiente demostrarle a los mirones quien es el que manda. Miran con recelo a su próximo rival, lo analizan por completo con la mirada y como si tuvieran un sexto sentido, perciben su nerviosismo y lo aprovechan jactándose y riéndose con sus amigotes. Si llegasen a perder, echan mano raudamente a sus bolsillos por una ficha para la revancha. Otros simplemente se disculpan y se van con la mirada baja.
Pero esto no termina acá. No solo es en las maquinas que se reúnen a cambiar datos o posibles combinaciones de trucos y patadas. Ahora la tendencia es ir a la casa a terminar de jugar. Ya no se conforman con pasar toda la hora de colación o el coffe breake con hambre, ahora se reúnen los fines de semana a gastar sus pulgares frente al televisor.
Ahora la parte del sueldo dedicada al ocio u/o entretenimiento, no va destinado en comprar el ultimo disco de Metallica o adquirir por encargo la ultima figurita de Star Wars. Son los últimos títulos de la consola lo que importa ahora y eso les quita el sueño. Claro pues, el que tiene la primicia es el que invita a su casa con un respectivo “vituperio” de bienvenida a sus compinches, quienes no dejan ni miga de lo ofrecido por el anfitrión. Después de convencer a la señora que es un encuentro de trabajo dan rienda suelta a los apasionantes campeonatos, que por lo consiguiente en la mayoría de los casos dejan algún “picado”.
Pienso en todas las mujeres abandonadas en la cocina o encerradas en el dormitorio viendo tele, creyendo entre lloriqueos que nadie las quiere. Pero entiendo perfectamente a los oficinistas. Yo también soy un “videojuegomaniaco” y también es mi forma de matar el stress.





